LA MATANZA DE TEXAS


Dentro del cine de terror siempre han existido diferentes estilos y clases. Pero nunca antes me había encontrado con un cine que, según se cuenta, está basado en hechos reales. Un cine cuyo horror reside en la ruptura del núcleo familiar y su posterior modificación por morbosa, ¿hay algo peor que estar al amparo de una familia completa que ha perdido el juicio? ¿Realmente “La matanza de Texas“ está basada en hechos reales como se nos contaba? En 1974 esta película hizo convulsionarse a la industria cinematográfica tras ser censurada en seis países y hoy se ha convertido en un icono del cine de terror. Imagine amable lector que su coche le deja tirado en una solitaria carretera secundaria de Texas, bajo el asfixiante sol de Agosto y allí, en medio de la nada, una casa parece el único lugar donde recurrir auxilio. Sin embargo, en su interior, reside una familia poco común. El pequeño del clan ha sufrido constantes vejaciones y abusos debido a una malformación de su cara. Es por ello que su familia decide sobreprotegerlo de una manera muy especial, y se hacen con todos los viajeros despistados que pasan por el lugar para que “Cara de cuero”, como es conocido el “pequeño”, disponga de auténtica piel humana con la que hacerse máscaras que tapen sus malformaciones. Lo más terrible es que en aquel lugar, nadie podrá escuchar sus gritos… Excepto esa perturbada familia capaz de llevar a cabo cualquier brutalidad en la que asesinan y llevan a cabo otros macabros hechos. El carnicero de Plainfield, como también pasó a ser conocido este sádico personaje, asesinó a dos personas y desenterró varios cadáveres del cementerio para crear su particular museo del terror. Cuando Ed Gein pasó a ser uno de los sospechosos de aquellos macabros asesinatos y profanaciones, la policía entró en su casa para realizar una investigación oficial. Minutos después los dos agentes salían rápido de la casa, conteniendo la respiración y tratando de controlar las violentas arcadas mientras un sudor frío recorría sus frentes. Lo que allí se encontraron nunca volvió a salir de sus mentes, y se repetiría en sueños cada noche en la oscuridad de su dormitorio. Cráneos auténticos yacían en la cocina, haciendo la función de ceniceros o cuencos, mientras las sillas habían sido forradas con piel humana. Del mismo material eran los mangos de cuchillos, lámparas, un chaleco e incluso máscaras y caretas. En el dormitorio se encontraba la cabeza de una de las víctimas, Bernice Worden, que ejercía una función decorativa muy lejana a la de cualquier otro objeto convencional. En aquella morada tan poco acogedora, la única habitación que parecía haber sido respetada se situaba al final de un pasillo que era el dormitorio de su madre, con quien decía haberse comunicado un año después de su muerte. Ed Gein fue internado en un centro psiquiátrico, donde falleció tiempo después, siendo considerado un paciente ejemplar. Dentro de este nuevo cine de terror, se encuentran las carreteras secundarias, el grupo de jóvenes inexpertos y la familia de perturbados. Si mezclamos todo ello, y lo situamos cerca de la fecha de Halloween, obtendremos una película actual que como muchas la industria del cine ha utilizado para crear sus iconos del terror. Sin embargo, estos iconos suceden cada día y podemos verlos en los noticieros, en cualquier lugar y a cada momento. En lo cotidiano habita el mal, y eso es mucho más terrorífico que cualquier película efectista. Recuerde ahora a aquel vecino que siempre sale solo y silencioso cada noche. Recuerde los golpes del sótano, la penumbra de su hogar… Tal vez allí, muy cerca y sin usted saberlo, resida el mal. Desgraciadamente, los carteles de “Basado en hechos reales” nunca antes tuvieron tanta razón…